Las semillas de sésamo blanco contienen grandes dosis de proteína, grasas poliinsaturadas y calcio, entre otros nutrientes. Esto las convierte en un excelente condimento que podemos añadir a todo tipo de platos de manera regular.
Las semillas de sésamo provienen de una planta originaria de África e India, aunque en la actualidad se cultivan diferentes variedades alrededor de todo el mundo, sobre todo en América Latina. Además, se trata de un alimento muy versátil, pues se puede consumir tanto la semilla y su aceite, como una gran variedad de productos que podemos elaborar en casa fácilmente a partir de este minúsculo manjar.
Formas de uso
- Semillas de sésamo: pueden usarse crudas o tostadas en multitud de platos como ensaladas, wok, sushi, salteados, pastas, sopas, salsas, rebozados, empanados, … se pueden mezclar con otros cereales,muesli, legumbres o granos como en la elaboración de panes o repostería… Para tostar las semillas crudas se ponen en una sartén y se calientan hasta que estén con el gusto de tostadas pero hay que tener cuidado de no pasarse para que no queden demasiado tostadas. También pueden comprarse ya tostadas o la variedad de sésamo negro. A partir de las semillas podemos obtener la harina de sésamo que se mezcla con otras semillas para uso en repostería y panadería.
- Tahini o pasta de sésamo: puede comprarse hecho o hacerlo con semillas de sésamo crudo o tostado y agua. El tahini de sésamo crudo tiene un sabor más suave y el de sésamo tostado tiene un sabor más intenso. Se usan para hacer salsas como el hummus.
- Aceite de sésamo: así nos limitamos a consumir la fracción grasa del sésamo y potenciamos las propiedades de esta porción. El aceite de sésamo se usa siempre en crudo y debe usarse en pequeñas cantidades ya que tiene un sabor muy intenso. Además el aceite de sésamo es muy rico en omega-6 y, aunque contiene omega-3, el equilibrio entre ambos grupos de ácidos grasos no está compensada por lo que sería conveniente usarlo mezclado con otro tipo de aceite vegetal como el aceite de girasol para conseguir un mejor equilibrio entre omega- 3 y omega-6. Una proporción adecuada sería 1 parte de aceite de sésamo y 8 partes de aceite de girasol.